jueves, 7 de marzo de 2013

Cincuenta y cuatro.


Hace un par de años leí una revista en la que hablaban de que gran par de los problemas de las parejas residen en los ideales que se tienen. Se refería a los ideales del amor que esta sociedad va clavando en nuestro subconsciente desde que nacemos. Los mensajes del tipo "fueron felices y comieron perdices", el ansiado príncipe azul y los cuentos infantiles sobre el amor eterno (que puede serlo pero no es usual) han hecho mucho daño, porque poco o nada tiene que ver con la realidad del amor. Vivir en el idealismo supone una dictadura horrible para nuestras parejas, cuando les exigimos que cumplan constantemente con nuestros inalcanzables ideales y posteriormente les culpamos de nuestras decepciones, aunque la decepción real sea con las expectativas que uno tiene. Preferimos un amor asistencial, que nos llene de atenciones, a tratar de construir mano a mano un lugar que compartir. ¿No es triste?

La chica de los gatos.

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