Puedes hacerte un rincón en el mundo, o un rincón en mi vida. A lo mejor mi vida algún día se convierte en tu mundo, y ganarías mil sacudidas con un cigarro a medias después. Fuiste ganándome poco a poco, fuiste perdiéndome también. Aprendí que esa barba de dos días era todavía mejor con ese sonreír tan tuyo. Aprendí que puedes recorrerte Madrid en taxi y acabar fuera del perímetro de tu mundo, pero dentro del perímetro de su boca. Que daría segundas oportunidades y ellas las darían conmigo. Que junio traería alguna locura justificada y un adiós a las cien habitaciones que tanto callaron ese año...
Aparecieron cuarenta metros cuadrados y apareciste tú. Desapareció el que un día estuvo y apareció el que un día fue. Alguno más fácil de olvidar, alguno menos difícil de querer. Pero no me ganes poco a poco, si luego nos vamos a echar a perder.
La chica de los gatos.
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