martes, 17 de diciembre de 2013

Trescientos cuarenta y ocho.


No es un "por favor, vuelve conmigo", ni es un "mi vida no merece la pena sin ti", tampoco significa que se me haya olvidado todo el daño, ni que aunque tú hagas tu vida yo vaya a seguir aquí. No tiene que ver ni con esperar ni con olvidar. No es ni un nunca ni un siempre. Que va, es sólo un te quiero, lo demás ya lo puedes rellenar tú con lo que quieras...

La chica de los gatos.

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