Me apetece escribirte algo. Ya sabes, alguna tontería de esas que te hagan sonreír cuando la leas. Alguna frase bonita, que refleje un poco lo que siento, un fragmento de película, algunas frases perdidas de una canción que escuché en cierto momento y me hayan venido a la memoria. Pero no encuentro nada que sea capaz de acercarse a lo que siento. Podría decirte cualquier cosa, ¿sabes? Y no quedaría mal. Podría decir te quiero, te amo, no quiero que me dejes nunca, y cosas así. Pero quizás no sería cierto. ¿Nunca? No puedo decirte cosas así. ¿Qué se yo lo que pasará dentro de uno, dos, cinco, treinta años? No puedo decirte nunca. Yo... yo soy una veleta, un manojo de nervios, no tengo pedal de freno o no funciona. Yo cambio, me muevo, digievoluciono. No sé lo que va a pasar mañana. Sé que te quiero, ahora, en este instante, y en el de más allá probablemente también, pero dentro de muchos instantes quizás no. Pero ahora... ahora daría la mitad de los años que me quedan por verte sonreír...
La chica de los gatos.
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