martes, 21 de mayo de 2013

Ciento cuarenta y uno.


Tu recuerdo siempre me da en la línea de flotación y es por eso que al final, sin faltar a la cita, acabamos siempre convocando a las peores artes. Borrachos de pasado, sin saber entender nada. Supongo que es cuestión de darnos tres inviernos más. Los amigos me dicen que es de tontos tratar de encontrarnos con decoro, tan civilizados, tan postizos, y tan cruelmente dulces, como tú conmigo.
Por mucho que queramos aun no está escrito el guión. Esa parte en la que compartiremos un café sin sobresaltos ni deudas. Queda un tiempo. Un tiempo reservado aun para caer rodando sin frenos por la cuesta de los malentendidos, preguntando cuando encontraré el final del cordón, cómo harás para que todos dejen de hablarte de mi.

La chica de los gatos.

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