lunes, 27 de mayo de 2013

Ciento cuarenta y cinco.


El día que llegue el fin del mundo quiero que nos sorprenda haciendo el amor, porque lo último que quiero sentir son nuestros intentos por fundirnos el uno al otro. Quiero que el último recuerdo que tenga de mi vida sea el sabor de tu saliva en mis labios, el tacto de tus manos apretándome la espalda, tu olor, tus orgasmos suicidándose en mis oídos. Cuando el planeta empiece a partirse en dos quiero anclarme a tus jadeos... pecho con pecho, absorber todos y cada uno de tus latidos. Y que no pares de repetirme, con respiración violenta e intermitente, que me quieres... que me quieres y que nunca dejarías de hacerlo... aunque fuera el fin del mundo.

La chica de los gatos.

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