martes, 4 de junio de 2013

Ciento cincuenta y cinco.


Cuando decimos cosas como "la gente cambia", volvemos locos a los científicos, porque el cambio es literal, es lo único constante en la ciencia. La energía importa, está siempre cambiando, transformándose, creciendo, muriendo... La forma en que la gente trata de no cambiar es antinatural; la forma en que nos aferramos a las cosas que eran en lugar de aceptar las que son, la forma en que nos aferramos a los viejos recuerdos en lugar de generar nuevos, la forma en la que insistimos en creer, a pesar de cada indicación científica, que todo en esta vida es permanente. 
El cambio es constante. Cómo experimentamos el cambio está en nuestras manos. Podemos sentir como si muriéramos o podemos tomarlo como una segunda oportunidad. Si abrimos nuestros dedos, nos relajamos, nos dejamos llevar, se puede sentir adrenalina pura, como si en cualquier momento pudiéramos tener una nueva oportunidad en la vida, como si en cualquier momento pudiéramos volver a nacer...

La chica de los gatos.

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