-Todo ha sido culpa mía.
-Siempre lo fue. Pero te quiero. Y eso es lo que importa.
-Pero yo ya no puedo quererme.
-Aprenderás a hacerlo. Yo he podido, a pesar de todo.
-Eres lo único que siempre ha estado ahí.
-Soy lo único a lo que se lo has permitido.
-Y no me arrepiento.
-Ni te arrepentirás. Me gusta demasiado verte frente a mi. Sintiendo que el cielo se te cae encima, cuando simplemente las estrellas han querido llover sobre tu frente.
-Está empezando a llover...
-Claro que llueve idiota. Las estrellas han venido a saludarte.
-Es bonito.
-Tú también.
-Y nosotros. Mojados de polvo de estrella. Impregnándonos de nosotros mismos.
-Está empezando a llover.
-Te quiero.
-Todo es siempre culpa tuya.
-Porque me quieres. Y cuando soy feliz cometo estupideces.
-Debes de ser muy feliz...
-Y tú debes de quererme mucho.
La chica de los gatos.
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