Todos recordamos los cuentos de nuestra infancia: el zapato le cabe a Cenicienta, la rana se convierte en príncipe, a la Bella Durmiente la despiertan con un beso, "érase una vez y vivieron felices..."; la materia de la que están hechos los sueños. El problema es que los cuentos no se hacen realidad. Las otras historias, esas que comienzan en noches oscuras y tormentosas y tienen un final atroz, son las que parecen convertirse en realidad. A quien inventó eso de "y vivieron felices", habría que darle una paliza. "Érase una vez", "felices para siempre", los cuentos son la materia de la que están hechos los sueños. Los cuentos no se hacen realidad; la realidad es más tormentosa, más turbia, asusta más... La realidad es más interesante que un "felices para siempre".
La chica de los gatos.
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