viernes, 14 de marzo de 2014

Setenta y seis.


Intento pensar, más de lo que ya hago cada día. Miedo, ímpetu, ganas, nostalgia...
No sabría resumir todo en una palabra. Dije aburrimiento y dije adiós, y siempre Murphy entra en juego poniéndome un obstáculo.
Lujuria, sé que la obsesión muchas veces puede conmigo. También sé que es algo de lo que no me debo preocupar porque no profundiza y con un soplo de tiempo y distancia llega el olvido.
Aun así, todavía tengo que esperar a que llegue ese momento...
Locura, puede ser que me defina ya que de una forma o de otra siempre termino en ella. Siempre hay formas de parar, evitar, pasar por alto... desde luego yo las desconozco, o algo menos actúo como si así fuese.
Pero la verdad es lo que busco. Con todas mis ganas, hasta que me cuesta salir...
Y lo encuentro.
Y sinceramente no me arrepiento, ¿no decían que había que aprovechar cada momento, viviéndolo como si quisiésemos que éste se repitiese para siempre?
Sé que no es un caso especial, no se sale de las pautas de nada, pero el momento en el que entramos en juego, es el momento que me hizo volver a caer.
No me apetece desperdiciar el tiempo, porque no estoy en condiciones de hacerlo, sólo espero que al cerrar la puerta... eches de menos algo que por un momento tuviste.
¿Predecible?
Quizás...

La chica de los gatos.

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