-Ven conmigo.
-¿A dónde?
-A ninguna parte. ¿Qué importa?
-...
-Lejos, muy lejos, donde ni esto ni nada importe.
-No sé...
-Donde pueda olvidarme de que existen los problemas. Donde sólo estemos tú y yo. Nosotros. Y la brisa del fin del mundo acariciándonos los labios.
-Llévame contigo.
-¿A dónde?
-Al fin del mundo.
La chica de los gatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario