domingo, 29 de septiembre de 2013

Doscientos setenta y dos.


Te mueres por unos mimos. Por un plan de lunes por la tarde. De besos sombríos a la luz del sol. Aunque sea de puntillas por la ventana. Aunque se haga de noche después. Te mueres. Y lo sabes. Lo dicen esos ojos verdes que tienes. Pero como eres muy Chuck Bass, te haces el difícil. Y yo, sigo en mi línea. Y todo me da igual. 
Y si dices "venga", yo digo "vale".

La chica de los gatos.

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