Y es que entre poesía se me dan mejor las calles, los sombreros, los apuntes y las historias sin acabar. Qué más da, si al final todo va a ser para mi como yo lo escriba y para ti lo que quieras entender. Mi 0,3% es la poesía y me da igual cuanto intente evitarlo. La poesía es pasarse ocho putas horas al día currando, la poesía es que te duelan todos los músculos después de cargar cajas, pasar dos semanas trabajando sin salir de casa, pudrirte, mear, quejarte, follar, mentir, hacer un bizcocho de chocolate, limpiar los meados de tu perro y fregar los platos.
Hoy mis orgasmos sólo siguen éstas líneas. Si quieres saber más, te lo cuento. Pero me preguntas al oído, y te lo susurro en los labios.
La chica de los gatos.
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