lunes, 26 de agosto de 2013

Doscientos veinticinco.


A veces es mejor poner tierra de por medio y dejar que corra el aire. Aunque solo sea por volver a sentir esa sensación maravillosa de querer acortar milímetros a toda costa y devorarnos. A veces es necesario aunque duela un poco, descosernos y dejar de compartir el oxígeno para respirar por nuestra cuenta... Llenarnos los pulmones y echarnos de menos. Mirarnos tranquilamente y quietos, cada uno desde su trozo de mundo, y dar tiempo a que los latidos se autorrevelen susurrando te quieros al vacío. Hasta que la magia vuelva para salvarnos, aunque ya sabes que la magia sigue ahí, no se ha ido... solo que a veces le gusta chincharnos y jugar al escondite

La chica de los gatos.

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