sábado, 31 de agosto de 2013

Doscientos cuarenta y tres.


Probablemente pienses que el amor y el dolor son las dos caras de una misma moneda. Que mi miedo a sufrir conlleve perderme la vida. Que evitar cualquier sufrimiento suponga vivir como un vegetal.
Bueno, yo te digo que arriesgo cuando tengo probabilidades de ganar, que para quitarme la armadura necesito algo mas que cariño y unas palabras bonitas, que el dolor tiene que recompensar con creces la felicidad.
Tengo que estar segura de apostar toda la pasta en una carta. Tengo que sentir, tengo que ver que esa es mi carta
¿Sigues pensando que quien no ha encontrado una razón por la cual sufrir no ha encontrado una razón por la cual vivir? Probablemente piense eso, hasta entonces, queda encontrar una razón por la cual vivir.

La chica de los gatos.

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