Olvidemos nuestros defectos y vivamos de pretextos, hagamos de cada día un mundo, y de cada minuto juntos un universo, cantémosle nanas al tiempo, para que se duerma y transcurra lento, que vuele nuestra imaginación hasta quedarnos sin aliento, hagamos del sexo nuestro templo, y de cada conversación un cuento, convirtamos nuestra risa en una melodía, que nos alegre el día cuando este sea malo, pasemos de las dudas y los remordimientos, de los malos tragos y los tropiezos, empecemos de nuevo cada día, para no perdernos, para no cansarnos, aprovechemos el momento, para cuando ya no estemos, nos alegremos de habernos conocido.
La chica de los gatos.
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