lunes, 1 de julio de 2013

Ciento ochenta y dos.


Ya sólo me interesa ser una mujer buena, las buenas personas, conocer el dolor de la gente y ver si puedo aliviar de algún modo ese fardo. Ya sólo me interesan los amigos que suman, los besos que restan penas, las caricias que se dan porque si, los corazones envueltos para regalo, el amor sin facturas de mis padres y la bondad azul de mi hermana. Ya sólo me interesan las canciones que barren nubes, los poemas que transportan y los políticos que renuncian porque no les dejaban decir la verdad. Sí, solo me interesan las sonrisas que provoca Messi, los que salen a vivir sin escudo, los que lo apuestan todo a la casilla de la ternura. Ya sólo me interesan los bares donde esperan los abrazos, el corazón blanco de los niños, las palabras sin doble fondo. Ya sólo me interesan las camisas que se abren para cerrar heridas, decirle a la hormiga que escuche a la cigarra y que los minutos de silencio sean porque estemos besando...

La chica de los gatos.

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