jueves, 18 de julio de 2013

Ciento noventa y nueve.


Tiene ganas de que alguien le apague las ganas, de dejar amor en la ventana. Dejar de morderse el labio con una sonrisa, de lunares en la espalda y besos en la nariz. Y mira que le gusta estar sola, de verdad. Sabe estar sola, pero aún no ha aprendido a vivir sin pensar en alguien.

La chica de los gatos.

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