Tiene ganas de que alguien le apague las ganas, de dejar amor en la ventana. Dejar de morderse el labio con una sonrisa, de lunares en la espalda y besos en la nariz. Y mira que le gusta estar sola, de verdad. Sabe estar sola, pero aún no ha aprendido a vivir sin pensar en alguien.
La chica de los gatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario