sábado, 20 de julio de 2013

Doscientos uno.


Me he perdido. Lo acepto, me hundí en tus palabras, en nuestros sueños... nuestros proyectos, nuestras ganas de vernos, nuestra lujuria encerrada entre pestañeos. Recuerdo la última vez que te vi, tu cara de estúpido malote y mi cara de cabrona con zapatillas. Ardía algo entre nosotros, algo tan grande que conseguía mantenernos distantes... dejando el frenesí en un segundo plato. Y me quedé con hambre. No bastó con comernos con los ojos, con tantear las bocas a dos centímetros... no pudimos. No pude. Y... bye bye. 

La chica de los gatos.

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