Me he perdido. Lo acepto, me hundí en tus palabras, en nuestros sueños... nuestros proyectos, nuestras ganas de vernos, nuestra lujuria encerrada entre pestañeos. Recuerdo la última vez que te vi, tu cara de estúpido malote y mi cara de cabrona con zapatillas. Ardía algo entre nosotros, algo tan grande que conseguía mantenernos distantes... dejando el frenesí en un segundo plato. Y me quedé con hambre. No bastó con comernos con los ojos, con tantear las bocas a dos centímetros... no pudimos. No pude. Y... bye bye.
La chica de los gatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario