miércoles, 10 de julio de 2013

Ciento noventa y uno.


Aunque tú no lo sepas, me he inventado tu nombre. Me drogué con promesas, y he dormido en los coches. Aunque tú no lo entiendas, nunca escribo el remite en el sobre, por no dejar mis huellas... Aunque tú no lo sepas, me he acostado a tu espalda. Y mi cama se queja, fría cuando te marchas. He blindado mi puerta y al llegar la mañana, no me di ni cuenta de que ya nunca estabas...
Y aunque tú no lo sepas, nos decíamos tanto... con las manos tan llenas, cada día más flacos. Inventamos mareas, tripulábamos barcos, y encendía con besos el mar de tus labios...

La chica de los gatos.

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