lunes, 18 de noviembre de 2013

Trescientos veintiuno.


Quiero mirar hacia el horizonte, y sonreír, sentir las plantas de los pies firmes, seguros. Que el dolor sea insensible, que mi mente vague por el aire mientras llega a ti antes de que algo exterior pueda llegar a hacerme dudar
Que la brisa peine mi melena, que huela a tu rostro, que sienta tus caricias alrededor de mi cintura.
Sé que no importa si me caigo. Me sujetas, me animas.
Confias en que me levante porque estarás allí sin que nada más importe.

La chica de los gatos.

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