jueves, 14 de noviembre de 2013

Trescientos diecisiete.


La vida es curiosa. Durante años uno se pregunta cuál es el sentido de este baile, para que luchar, por qué la vida es una eterna pelea. Si, la vida es curiosa, llena de giros absurdos, inexplicables. La vida tiene esas casualidades tan sospechosas. Tanto que nos hacen pensar que todo tiene un para qué. Si, un sentido.
La vida cambia todo el tiempo. No nos deja acostumbrarnos a un golpe que enseguida llega otro. Y uno se sorprende siempre y así sigue preguntándose por el sentido de todo. Preguntándose el sentido de estar presente en el momento y el lugar equivocados. El sentido de ser buenos y malos. ¿Habrá premios y castigos para unos y otros? Uno pasa por la vida haciéndose esas preguntas y muchas otras más pero en el fondo todo se resume en una sola: ¿cuál es el sentido de la vida? Qué irónico, justo ahora empiezo a entender el sentido de la vida.
Y es así, uno pasa la vida preguntándose por el sentido de la vida. Esperando ese algo que falta y que nos hará felices. Y tal vez la respuesta, sea que la vida no tiene sentido. Que la vida simplemente se vive. Y simplemente viviendo, podamos decir al final, que nuestra vida valió la pena.

La chica de los gatos.

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