Igual de primeras no te gusto pero dame unos minutos, igual consigo dejar a a altura de mis zapatos a todas las mujeres que has conocido. No esperes que salga de mi boca el discursito ese al que estás acostumbrado de casa grandes llenas de césped y cielos despejados... No necesito saber mucho de ti, ni lo independiente que eres, ni lo mucho que te esfuerzas. Prefiero saber cuál de todas es tu droga favorita y como se te acelera el corazón al volver a casa.
Ofréceme los mejores pechos aderezados con las nalgas más redondas de la ciudad. Yo solos tengo mis escritos y un mundo sin reloj. Nada de dinero, ni estrellas que brillan hasta de día; solo permíteme un par de susurros al oído y verás que las nubes también aguantan en el cielo... Sé como eres tú, nada de envidias. No importa lo húmedas que estén las calles si el incendio se queda dentro de las sábanas.
La chica de los gatos.
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