-Acepto.
-¿Aceptas?
-Acepto.
-¿El qué?
-¿Cómo que el qué? Pues que acepto. Que salto. Si me has oído bien, salto. Salto contigo.
-¿Estás segura? ¿Te arrepentirás luego?
-Si. Muchas veces, tantas que aveces te de la sensación de que me estoy volviendo loca; así que tendrás que estar ahí como no has estado nunca con nadie, sosteniéndome la mano y dándome razones para no dejar de hacerlo. Así que ahora dime, ¿aceptas tú?
-Acepto.
La chica de los gatos.
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