domingo, 6 de octubre de 2013

Doscientos setenta y nueve.


Los números primos sólo son exactamente divisibles por 1 y por si mismos. Ocupan su sitio en la infinita serie de los números naturales.
Son números solitarios, sospechosos, y por eso encantaban a Mattia, qe unas veces pensaba que en esa serie figuraban por error.
El primer curso de la Universidad había estudiado ciertos números primos más especiales que el resto, y a los que los matemáticos llaman primos gemelos: son parejas de primos sucesivos, o mejor, casi sucesivos ya que entre ellos siempre hay un número que les impide ir realmente unidos, como el 11 y el 13, el 17 y el 19, el 41 y el 43. Mattia pensaba que él y Alice eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos
A ella no se lo había dicho. Cuando se imaginaban confiándole cosas así, la fina capa de sudor que cubría sus manos se evaporaba y durante los siguientes diez minutos era incapaz de tocar nada.

La chica de los gatos.

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