jueves, 24 de octubre de 2013

Doscientos noventa y siete.


Por muchas noches en blanco que una se siente a pensar en su biografía sentimental, la verdad, es que encontrará pocas soluciones. Podrás parchear tal o cual relación, pero al final volverá a pasar lo de siempre, que en un momento dado saltarán pedazos como tantas otras veces, porque uno es como es y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien, es casi... Un combate perdido de antemano.
Así que lo mejor que nos podría pasar, es que las relaciones sentimentales vinieran con fecha de caducidad, como lo yogures, así sabríamos de antemano cual es la fecha del final y no perderíamos el tiempo en inseguridades, sospechas y discusiones, nos dedicaríamos a disfrutar cada momento hasa la última décima de segundo. 
Aunque si lo piensas lo bueno de no tener fecha de caducidad, es que nos permite seguir soñando con que esta vez si, ese yogur pueda conservarse para siempre.

La chica de los gatos.

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