sábado, 19 de octubre de 2013

Doscientos noventa y dos.


Ella camina por la calle con aires de superioridad. Sabe que el mundo la adora, sabe que ahora es lo más. Ropa de Dolce&Gabanna, gafas grandes de Ray-Ban. A nadie le importa lo qué es ella, sólo lo que puede aparentar. Y mira por encima del hombro a miles de caras que la miran con gozo. Pero aunque por fuera es radiante, sin duda una superstar, por dentro está vacía, nunca supo a quién amar.

La chica de los gatos.

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