sábado, 3 de mayo de 2014

Ciento treinta y cuatro.


He aprendido que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Que grandes desconocidos pueden volverse mejores amigos. Que nunca acabamos de conocer a una persona. Que el "nunca más", se cumple, y el "para siempre", acaba. Que el que quiere, puede, y lo consigue. Que el que no arriesga, no pierde nada. Que el físico atrae pero la personalidad enamora...

La chica de los gatos.

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