sábado, 3 de mayo de 2014

Ciento cuarenta y tres.


No sé si esto le pasa a todo el mundo, pero llega un momento en el que estás tan perdido, que no sabes cuál es tu camino, y te pones a dar vueltas, y vueltas sin llegar a ningún sitio. Puede que lo mejor sea quedarse parado y esperar que pase cualquier cosa, o bien necesitas que alguien te de un empujón. O necesitas a alguien que te ayude cuando te metas en un lio, y no sepas como salir. O te ayude a encontrar un camino conocido, que no sabías que existía...
Pero cuando por fin llegas a la meta y sabes lo que quieres, ahí, en ese momento, empieza lo realmente bueno. Y como dicen mis padres, mis profesores y todo el mundo, sin duda estoy en la flor de la vida

La chica de los gatos.

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