Si tú saltas, yo salto; si tú quemas, yo ardo; si a ti te pegan un tiro, yo sangro. Porque eres lo más bonito que tengo alrededor y la única razón que tengo para seguir luchando. Nadie puede darme lo que tú me das, nadie.
Cuando estoy realmente jodida, apareces con esa sonrisa, me das ánimos, dices alguna tontería... Miles de momentos juntos en los que nos hemos reído hasta que nos dolía el estómago... y eso me gusta. Hay palabras que suben como el humo y otras que caen como la lluvia... Aunque me fuese, ¿de verdad crees que te podría olvidar? Cuando estoy contigo me siento distinta, me siento buena, mejor persona. La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento.
Me despierto cada noche pensando en ti, en raptarte, y reventarle la cabeza a todo el que se ponga por delante. Y me levanto todas las mañanas con las mismas ganas de abrazarte. Me muero por sentarme enfrente, por oler tu ropa, por mirarte y luego perderme. Quiero quedarme aquí, y hacerlo mientras nos abaten con toda la puta artillería.
Yo intento engañarme a mi y a ti, diciendo que no significas nada, pero no es así, esta vez no me voy a ir de tu vida por la puerta de atrás, esta vez no. Y me gustaría que supieses que mereció la pena, que ahora sé que seguir viviendo no es pasar las hojas de un calendario, sino entender que cada hoja de ese calendario es única e irrepetible...
La chica de los gatos.
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