lunes, 28 de enero de 2013

Veinticuatro.


A Amanda siempre le atraen las personas que no deberían. Y no hablo de una atracción física, que también, y a veces es inevitable. Lo que para ella resulta irresistible es el mundo interior, la sensualidad y, sobre todo, la creatividad. Cualquier persona creativa, que escriba, se dedique a la música o pinte cuadros, por ejemplo, llama poderosamente su atención. Y es verdad que se trata de personas diferentes y su punto de vista de las cosas resulta muy atractivo, precisamente por eso, porque ven lo que nos demás no estamos acostumbrados a ver.
El problema es que, como genios que son, estas mentes creativas viven a menudo atormentadas, que también es inevitable. Y aquí entra la parte de "no deberían". Muy pocos son capaces de soportar sus temporales personales, así que siempre se encuentran solos sujetando su paraguas bajo la tormenta. Amanda dice que por eso se fijó en Mario. Aunque yo cada vez que los veo juntos no puedo evitar pensar que, en realidad, fue al revés: Amanda es la que ve mundo todos los días con ojos nuevos, la que tiene los viernes como día favorito y la que coloca ases de corazones bajo la cama para reforzar su amor. Seguramente, hasta tiene su propia banda sonora.
Y entiendo que Mario la encuentre irresistible.
A mi a veces me gustaría ser como ella.

La chica de los gatos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario