lunes, 3 de febrero de 2014

Treinta y dos.


Cuando estás completamente sola, y te acuerdas de esa persona por infinita vez al día, y recuerdas los momentos que habéis compartidos, todos y cada uno de ellos, algunos buenos y otros malos, pero todos especiales a su manera. Y que todo haya acabado así sin más, y que serías capaz de dar tu vida solo por estar con él, la persona que supo hacerte sentir lo que no sentiste con nadie y que ahora parece haberse olvidado de todo lo vivido, de todos los te quiero, de cada mensaje, de cada mirada...

La chica de los gatos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario