jueves, 13 de febrero de 2014

Cuarenta y cuatro.


Había una cosa que sabía a ciencia cierta, lo sabía en el fondo del estómago y en el tuétano de los huesos, lo sabía de la cabeza a los pies, lo sabía en la hondura de mi pecho vacío... El amor concede a los demás el poder para destruirte. 

La chica de los gatos.

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