lunes, 24 de febrero de 2014

Cincuenta y cinco.


De frente o media vuelta.
Camino con precaución, pensando en cada paso, sintiendo el trayecto que tomo cada vez que mis pies pisan la arena. 
A veces dulce, otros amargo.
Cojo aire. En ocasiones cuesta calificar el olor. ¿Mezclas? ¿Algo desconocido? ¿Algo nuevo?
Te preguntas si lo has probado alguna otra vez.
Sigo con los ojos cerrados, intentando que sea leve, corto, indolora. Que a la hora de levantar los párpados los latidos puedan conmigo.
Que tenga que contener el aire y apretar los labios para que el corazón no se me escape por la boca, como hicieron las lágrimas en un pasado por los ojos...

La chica de los gatos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario